Acontecimientos de la casa Tully.

Era media mañana cuando  una avanzadilla de la Casa Moonton  llegaba a aguas dulces para avisar que parte de sus tropas llegarían en un par de horas a Aguasdulces como se les había pedido.

A esa hora la zona era un hervidero de trabajo, pues eran muchos los acontecimientos que se sucederían en esas semanas dentro del señorio; pese a la guerra, se respiraba un aire de cierta alegría pues los estómagos estaban más llenos que de costumbre y las bodas siempre son motivo de orgullo.

A las dos de la tarde cientos de soldados se encontraban ya acuartelados a los pies de la imponente fortaleza, donde se levantaba un campamento rebosante de banderas Tully y Moonton que ondeaban con la suave brisa. Las gentes de la zona contaban los soldados por cientos y muchos no veían una hueste así desde antes de la batalla del Tridente.

Despues de dar acomodo a los soldados el general Sir Bryden Tully apodado “el pez negro” se dirigió a las tropas y ofreció y fabuloso discurso sobre el honor y el deber. Después de ciertos actos protocolarios se anunció un ascenso a comandante de uno de los oficiales, Ser Rodrick Constle, un hombre querido por la tropa y que goza de la confianza de sus señores.

Acto seguido apareció Lord Hoster Tully que fue aclamado por los soldados congregados y pese a ser un hombre de carácter frugal dejo traslucir su alegría por su inminente boda; freuto de esta anuncio:

“Hoy es un gran día, no solo por las inminentes bodas y los ascensos o promociones, sino porque vosotros fieles soldados a la casa Tully estais nuevamente aquí para servirnos y proteger nuestras tierras, Lord Moonton nuestro vasallo, ha demostrado que sus acciones y palabras son dignas de nuestra gratitud hacia su persona y soldados.

Es por ello que he mandado se disponga un festín para vosotros, nuestros fieles guerreros, así que espero disfrutéis de la comida y bebida, así como de los canticos desde ahora hasta entrada la noche…”

Tras estas palabras el jolgorio se desato entre la tropa. En una carpa el señor compartió vino con los suboficiales y oficiales, antes de retirarse al castillo con el consejo de guerra del señorío para tener una cena de carácter más privado.

Se pudo ver entre las tropa a Sir Edmure Tully compartiendo historias y alguna copa con compañeros de armas junto con su tio, aunque poco después debieron retirarse para atender sus deberes.

Es un día de jubilo para ambas casa pues todo ha comenzado fabulosamente bien, la única nota que ensombrece el día es el ver la bandera de la casa Connigton con una franja negra en señal de aprecion y recuerdo por el noble mariscal inmolado por las manos de un hereje.

Era un día soleado, aunque algunas nubes se dejaban ver en el firmamento cuando de pronto las campañas comenzaron a tañer con gran algarabía lo que indicaba que la celebración comenzaría en apenas unas horas.

La noche anterior había llegado la comitiva regia con el Rey Rhaedar y la Reina Elia Martell a la cabeza, seguidos de insignes nobles como la mano del Rey, Lord Tywin Lannister y familiares de alto estatus de la familia Tyrell. Ambos monarcas fueron recibidos con la solemnidad merecida por los pendones de los nobles de la tierra de los Ríos y del tridente, a excepción de los Frey. Tan pronto como llegó, Lord Hoster Tully se inclinó al igual que sus vasallos, y como señal de apoyo a la Corona desenfundo la espada y se la ofreció a su majestad que dijo:

- La tierra de los Rios me ha mostrado cariño y apoyo a lo largo de este viaje, tus banderizos se han inclinado ante mi presencia, y ahora tu Lord Hoster, el Señor de Aguas dulces me ofreces tu espada… Esta es sin duda una muestra de lealtad hacia mi persona y familia; es por ello que te ordeno que la guardes pues deberás desenfundarla de nuevo ante aquellos que amenacen mi reino.

Ante estas palabras Lord Hoster obedeció, guardo la espada y dijo:

- Que todas nuestras tierras celebren la llegada del legítimo Rey, pues fuimos los primeros en reconocer tras el Tidente que los dios lo favorecían y tanto es así, que no deseo dejar pasar la ocasión de que el pueblo conozca de la locura de Stannis de la casa Baratheon, que mando quemar al señor de la casa Connigton y profirió juramento a un dios falso. Qu el pueblo sepa que nuestras traiciones, nuestra familia y el honor estarán siempre del lado de los Siete y de su majestad Rhaegar.

Y ahora majestad sed bienvenido pues mi casa es vuestra casa….

El pueblo estallo en una algarabía y la ciudad festejo durante toda la noche, a excepción de las calles cercanas al septo, donde los guardias patrullaban para evitar se interrumpiesen las plegarias y vigilia por la memoria de la casa Connington.

Pero esta fue la noche… y ahora ya es la mañana donde a primeras horas se pudo ver llegar un destacamento sureño de la casa Martell encabezado por el ilustre Doran Martell. Que fue recibido por Lord Hoster a la entrada de Aguasdulces.

Poco después llego Alynne Dresmora, la esposa de Lord Ronald Connignton y su hijo, que portaban unos estandartes con ribetes oscuros en señal de duelo, a su lado iba una guardia de honor de la casa Tully encabezada por Sir Edmund, que el acompaño hasta el castillo y el propio septo para que pudiesen orar.

Poco a poco llegarón los señores de las siguientes casas Casa Blackwood del Árbol de Cuervos, Casa Bracken del Seto de Piedra, Casa Blanetree, Casa Butterwell de Murosblancos, Casa Cox de Salinas, Casa Darry de Darry, Casa Deddings, Casa Goodbrook, Casa Grell, Casa Hawick de Salinas, Casa Keath, Casa Lolliston, Casa Lothston de Harrenhal, Casa Lychester, Casa Mooton de Poza de la Doncella, Casa Paege, Casa Qoherys de Harrenhal, Casa Roote de Aldea de Lord Harroway, Casa Ryger de Bosque de Sauces, Casa Shawney, Casa Smallwood de Torreón Bellota, Casa Strong de Harrenhal, Casa Terrick, Casa Towers de Harrenhal, Casa Vance de Atranta, Casa Vance de Descanso del Caminante, Casa Wayn, Casa Whent.

Por último y como manda la tradición, con una gran escolta llegaron Lord Leyton, su hijo Baelor de la casa Hightower. A recibirlos salió al galope una hueste de soldados de la casa Tully encabezados por el pez negro y según llegaban a las puertas de Aguas dulces los esperaban Lord Hoster junto con la madre de Mance Tyrell, señor del Dominio, Lady Olenna y su nieto y heredero Wylas.

El recibimiento fue el esperado y la joven Denyse estaba exultante, al verla Lord Hoster que estaba engalanado con un traje digno del señor supremo del Tridente, se acercó a la muchacha, hinco la rodilla y le ofreció un regalo diciendo lo siguiente:

- Viendo ahora vuestra belleza, este humilde regalo palidece ante vuestra presencia, y espero que simplemente os muestre el afecto y amor que os profesare como mi esposa.

El regalo era un juego de tiara, collar, pendientes y anillo que entremez clava símbolos de ambas casas, con flores y girnaldas. La obra era de oro y plata con pedrería, y este era el regalo de Lord Hoster a su prometida, en virtud de la boda.

Acto seguido y después de algún arreglo protocolario todo fueron a cambiarse pues la boda comenzaba.

El septo se encontraba listo y especialmente sobrio pues en este día solo debía destacar la feliz pareja, una única excepción que el propio señor mando mantener…, un blason de la casa connigton con tiras negras en recuerdo del nuevo mártir de la fe….

Comenzó la ceremonia sin ningún tipo de incidente, en el Septo.  Poco a poco se pronunciaban las bendiciones de los siete entre los coros de los clérigos que estaban ataviados con los trajes propios para la celebración.

Según transcendió  la iglesia estaba abarrotada, y en primera fila, se encontraban los nobles de las casas más importantes del reino así como dignatarios e importantes cargos burocráticos. Todo transcendió  con una inusitada normalidad hasta que el nuevo matrimonio pronuncio su juramento de fidelidad, donde un aplauso proveniente del pueblo presente festejaba las palabras de amor del señor de aguasdulces por su nueva esposa.

Poco después concluyo la ceremonia y se procedió  al banquete.

Largas mesas abarrotaban el comedor dejando un espacio amplio delante de la mesa principal para las diferentes actuaciones que amenizaban el acto.

En el centro de la mesa estaba su majestad Rhaega con su esposa al lado derecho; a su izquierda Lord Hoster y siguiendo a este su esposa. También estaban en esta el padre de la novia, el señor de Dorne, Lady Olenna, La mano del Rey y otros nobles de gran importancia…

Lord Leyton Hightower hablo largo rato con su yerno, y después trato algún asunto con su magestad, según muchos seguro que temas de gobierno, se vio como Rhaegar asentía y Lord Leyton se retiraba con cara de satisfacción hacia su sitio y comenzaba a charlas con Lady Olenna.

Lord Hoster hablo un largo rato con Lord Doran Martell, pues no era frecuente que este visitase las tierras centrales, aunque por las risas el tema no debía ser de negocios. Despues Lord Hoster volvio su atención hacia su nueva esposa a la que se veía feliz con las muestras de cariño de su esposo y que a ratos hablaba con la Reina o con Lady Olenna. El tiempo corría despacio aunque inexorable entre vino, comida y actuaciones.

De pronto el Rey toco en el brazo a Lord Hoster, le susurro algo y este un tanto confundido mando tocar las cornetas para hacer silencio en el salón. Todos los invitados miraron fijamente a la mesa cuando de pronto Rhaegar se levantó y dijo:

- Hoy es un día de fiesta para esta casa, y nosotros como gobernantes de los 7 reinos a la luz de su fe estamos también felices de que dos casas leales a la corona unan su sangre. Los Tyrell han sido un apoyo inquebrantable para con la corona al igual que los Higthower y que estos  emparente con una de las grandes casas de poniente es siempre un motivo de alegría.

Sé que alguno pueden dudar de la lealtad de los Tully, y sin embargo a mí me han demostrado desde de que firmaron la paz que son unos fieles vasallos que trabajan por el reino con unas gentes que me reconocen como rey y lo demuestran públicamente.

Es por ello que he decidido  juntar de nuevo los cargos de  Juez Mayor y Consejero de Leyes pues no vemos necesidad de continuar con los cargos separados si parte de las funciones no se van a ejercer. Es por ello Lord Hoster que en este momento y como prueba de mi magnanimidad y gracia para con los que se reconcilian y muestran apoyo a la corona que os nombro “Lord Consejero de Leyes del Reino” con las plenas atribuciones del cargo.

Rapidamente Lord Hoster respondio:

- A vuestra disposición siempre majestad como humilde vasallo que soy.

Dicho esto el Principe hizo traer un cofre del que saco un toisón de oro que tenia grabado el escudo de la casa reinante con motivos legislativos, como papiros enroscados agarrados por una garra de dragón. Se lo coloco y dijo.
- Sea pues, aquí tenéis al nuevo Consejero de Leyes….

Los vasallos de Lord Hoster rompieron en un estruendoso aplauso y vítores y la fiesta volvió a la celebración.

Todo transcurrió como debía ser, y así se hizo  la noche, muchos siguieron festejando y otros se retiraron a dormir, al día siguiente muchos partirían de regreso a sus casas y la guerra volvería a ser el principal tema de conversación.

Sin embargo Lord Hoster pidió a sus vasallos y banderizos que esperasen 2 días más para una celebración antes de que su nuevo cargo le hiciese partir hacia Desembarco del Rey.